Redacción Abriendo Brecha

Inauguraran memorial dedicado a los mártires del río Lempa este sábado 25 de febrero a partir de las 8:30 de la mañana en Piedras Coloradas.

El operativo militar Tierra Arrasada de 7 mil efectivos dirigido por el Destacamento Militar # 2 de Sensuntepeque empezó el 15 de marzo de 1981. Unas 7 mil 500 personas del cantón Santa Marta, Peña Blanca y sus alrededores, cruzaron la frontera de El Salvador hacia Honduras salvando sus vidas, dejando atrás a decenas de familiares que murieron en manos del ejército salvadoreño y hondureño, y otros ahogados en Lempa los días 17, 18 y 19.

La obra construida en las riberas del río Lempa en el lugar conocido como Piedras Coloradas, del caserío San Jorge, cantón San Antonio, consiste en un acondicionamiento de las cuevas y accesos que refugiaron de las balas a muchas personas que intentaban cruzar el río, una familia como símbolo de unidad y esperanza, un mural que va a pintarse sobre la historia de Santa Marta, entre otros mensajes.

Una obra, aunque inconclusa en cuanto al contenido de memoria histórica, de gran relevancia, porque es un primer intento por dar identidad al lugar de gran valor histórico.

A dicho evento asistirá Medardo González, Secretario General del Frente Farabundo Martí, alcaldes, diputados y pobladores de varias zonas de Cabañas.

Hasta ahora nadie ha sido juzgado por los crímenes cometidos contra esta población campesina y las heridas siguen presente en la vida y memoria de aquellos que sobrevivieron a la política de exterminio del Estado salvadoreño contra poblaciones campesinas enteras.

Los hechos de marzo son inolvidables en el imaginario colectivo de los pobladores de Santa Marta, que a las vísperas de cumplirse 36 años continúan exigiendo verdad y justicia.

Don Juan Rodas, un campesino de 73 años, originario de San Jorge y sobreviviente de la masacre de marzo, recuerda aquel duro momento como “una historia negra” según comenta a Maricela Ramos quien le entrevista para Radio Victoria, transcrita y editada para Abriendo Brecha por Ramiro Laínez.

Don Juan Rodas cuenta sus vivencias a un grupo de personas que llegaron para trabajar en la obra en Lempa

Maricela ¿Don Juan qué significado tiene para usted tener un memorial cerca de su casa?

R/ Es necesario recordar el tiempo que vivimos, el año 80 fue un momento difícil para todos, que nos obligó abandonar nuestras casas a punta de bala para salvar nuestras familias y migrar a tierras hondureñas, recuerdo que entramos primeramente 7,500 personas al valle de Los Hernández, en ese momento dimos gracias a Dios que nos apoyó la Cruz Roja Internacional y por supuesto la gente de este valle que de ahí nos venía el abasto para comer.

Maricela ¿Qué nos puede contar de la masacre de Piedras Coloradas?

R/ Eso fue tremendo, en este lugar, Piedras Coloradas - Rio Lempa todos íbamos en dirección hacia el Portillo el Mojón, yo encontraba a las personas tapándose… ya que iban sin ropa, más adelante se les proporcionó un poco de ropa. Mientras caminábamos, yo encontraba muchos cuerpos sin cabeza en esos cerros que por cierto ahí están enterrados, posiblemente sean más de treinta personas que se pueden contabilizar, que quedaron en este lugar; el ejercito los mató por gusto.

Maricela ¿Cuáles fueron las escenas más impactantes para usted en este paso?

R/ Cuando uno se acuerda de eso, es como si utual ha pasado, porque estas son historias que no se olvidan nunca, vivimos esta guerra con mucho sufrimiento y no deseamos que haya más guerra.

Maricela ¿Qué mensaje le puede dar a la juventud sobre esta masacre después de 35 años?

R/ Es bonito vivir en paz, para qué andar con esas tonterías de andar masacrándose o matándose, porque eso es triste.

Maricela ¿Ayudó a pasar gente en el rio durante la masacre?

R/ Mire mamita, yo fui un guerrero en Lempa, sin arma, pero fui, en ese rio pasando la gente que necesitaba cruzar, el patio de mi casa era grande y ahí llegaba la gente, eran cientos de personas que pedían que los pasara especialmente cuando venían los operativos, en la noche no se prendía luz, la mujer molía en lo oscuro para darles de comer a todos, era guerrera la mujer también, porque nos daba de comer a todos.

A las nueve de la noche en adelante me venía para Lempa con ellos, todos agarrados de la mano para que nadie se perdiera por el camino y que nadie los controlara, ya en Lempa los pasaba tres por tres en un perol para el otro lado y yo fui el pasador hasta que se acabó la guerra y por suerte sigo vivo todavía y soy guerrero por eso…

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Don Juan Rodas, un campesino que se identificó con la lucha, ayudó en logística y a cruzar el río Lempa a mucha población civil, al igual que lo hizo con la guerrilla, con el riesgo de perder su vida y la de su familia.
Su hijo Bernardo Rodas, más conocido como Nando dirigió la obra orientado por Guido Flores de quien fue la iniciativa y reunión los fondos, la cual fue apoyada durante varios meses de trabajo físico por pobladores de Santa Marta y otros que ayudaron con recursos.
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